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"LA UNICA REVOLUCIÒN POSIBLE ES LA DE LAS IDEAS Y EL RESPETO DE LOS DERECHOS HUMANOS DE TODAS Y TODOS"


Espacio dirigido a mujeres y hombres (jovenes, adultos mayores, con orientaciones sexuales diferentes y todos aquellos colectivos que son oprimidos por el sistema patriarcal a travès de la violaciòn de sus derechos humanos y la negaciòn a su legitimo desarrollo personal sin distinciòn alguna.


sol@s contra el sistema no somos nada, pero junt@s podemos hacer acciones colectivas que nos permita tener mayores margenes de libertad y de control sobre los problemas que nos afectan, si no lo hacemos nosotr@s no lo va a hacer un SISTEMA PATRIARCAL que viola constantemente los derechos humanos de TODAS Y TODOS.


miércoles, 21 de octubre de 2009

LA POBREZA Y EL SUICIDIO 2

¿Cómo entender que una persona, en muchos casos niñas, niños y adolescentes, opten por la nada y no por lo poco de algo que les ofrece su presente y su futuro posible?.
No es una pregunta fácil de formular y mucho menos fácil es encontrar una respuesta adecuada, o al menos una que se aproxime a las múltiples dimensiones que involucra este fenómeno.
Lo que sí puede decirse, es que el hecho de que una niña, niño o adolescente decida desistir de la vida, es el más profundo y severo cuestionamiento a lo que somos como civilización, como cultura y como modelo de organización social. Cuando una niña, niño o adolescente se suicida, algo en la sociedad entera se fractura; su suicidio es una “fisura” irreparable, una fractura insalvable, irreducible en el tejido social; su desaparición genera, hay que decirlo, un símil entre lo que son “agujeros negros” en el espacio exterior, con el vacío que se produce en lo social: un centro gravitacional en donde priva la oscuridad absoluta.
Guanajuato, Querétaro, el Distrito Federal, Jalisco y Veracruz, concentraron en 2005, de acuerdo con datos del INEGI, 1,136 de los suicidios ocurridos en el país en ese año, es decir, poco más de la tercera parte del total de los registrados en todo México. Algo está pasando en esas entidades, y en otras que, aunque en números absolutos tienen menor incidencia de casos, en términos porcentuales tienen tasas de crecimiento anuales de hasta el 58%, como en Oaxaca; 76%, como ocurre en San Luis Potosí; o de más del 100%, como en Chiapas. Hay sin duda, un verdadero malestar en lo social en todo el país.
Cuando se analizan las estadísticas del suicidio con respecto a la condición de ocupación de las personas, la complejidad del fenómeno se revela aún mayor: de los 2, 970 suicidios registrados en 2005, 2, 013 fueron cometidos por personas que trabajaban.
Los datos se vuelven más reveladores al ver que 515 de esas personas, trabajaban en actividades agrícolas, pesqueras, de caza o ganaderas; y 478 más en la industria de la transformación; no es difícil aducir que la gran mayoría de ellos eran campesinos, obreros o albañiles.
Es duro saber además, que de las 2, 970 personas que se suicidaron en 2005, 1, 172 tenían hijos, y que 897 casos más, son reportados por INEGI como “no especificados”. ¿Qué pasa en las familias cuando uno de sus miembros se suicida, y particularmente en éstas, en donde muchos de los hijos quedan en el desamparo o en profundos espacios de vulnerabilidad?.
Es cierto que en lo social no pueden establecerse relaciones lineales; pero Guanajuato, Querétaro, Jalisco, San Luis Potosí y Veracruz, no se diga ya Oaxaca o Chiapas, son entidades en donde más del 20% de sus poblaciones (en Veracruz el 37%; en Oaxaca el 48%) viven la miseria y el hambre; son también entidades con municipios con Alto o Muy Alto grado de marginación.

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