JOVEN Y CON ESTUDIOS: PERFIL DEL PARADO

Joven y con estudios, perfil del parado

El desempleo abarca de forma mayoritaria a la población con más nivel educativo, según el Instituto Mexicano de la Juventud. Así, alrededor del 50% de los jóvenes desempleados cuenta con una educación de media y superior. Por el contrario, la tasa de desempleo desciende en cuanto disminuye el nivel educativo. El hecho de poder contar con mano de obra barata –generalmente con menos estudios- pone en disyuntiva a las empresas, que buscan reclutar personal con el menor coste posible para asegurar su competitividad, explican los expertos. Así, el mercado laboral mexicano se caracteriza por ser de bajo perfil, de pobre remuneración y sin cultura laboral.


El desempleo entre los profesionales con más nivel educativo seguirá creciendo en los próximos años, según el informe Mercado laboral de profesionistas en México, realizado por el Gobierno actual y un estudio de la profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Olga Bustos. Según esta investigadora, en los próximos 6 años se sumarán al mercado laboral unos 813.169 jóvenes recién licenciados en Medicina, Odontología, Derecho, Contaduría, Administración de Empresas, Arquitectura, Ingeniería Civil y Comunicación, que se quedarán sin empleo.

El Observatorio Ciudadano de la Educación señala que existe un gran riesgo al coartar las expectativas de futuro de los jóvenes. “Han empezado a brotar síntomas de descomposición social, como violencia juvenil y vandalismo, desmotivación y apatía, creciente consumo de drogas y ocupaciones ilegales, que no deben percibirse ajenos al desempleo, la insuficiencia de oportunidades educativas y, en general, a la ausencia de alternativas de participación en distintas esferas de actividad”. La organización ve con suma preocupación la falta de oportunidades para acceder a un trabajo decente y la creciente infrautilización de una fuerza de trabajo que, paradójicamente, cada día está más educada. El Observatorio indica que, además de políticas eficaces en educación, se necesitan urgentemente ajustes y cambios sustanciales dentro de la estructura laboral y en los métodos de selección y reclutamiento de las empresas.